En 2012, su sede, anteriormente ubicada en se ha trasladado a las antiguas Escuelas Pías de San Antón, permitiendo así «evitar la ruina de un edificio histórico» arrasado en un incendio en 1995. Tras su rehabilitación, la luz, el verde y las formas harmoniosas con el entorno se han convertido en los principales protagonistas de este nuevo proyecto, que proporciona a sus visitantes un viaje de ida hacía países más lejanos. En mi opinión, podría decirse que este edificio es ahora como un oasis nórdico en pleno corazón de Madrid.
En sus 20.000 metros, el edificio alberga, además de la sede del COAM, la Fundación de Arquitectura, el Museo Nacional de Arquitectura, el Instituto Arquitectura y el Centro de Formación de Posgrado, la Biblioteca, un espacio dedicado a exposiciones, una cafetería y una diminuta tienda. Por su parte, el jardín se configura como el centro de unión entre estos distintos espacios. Y, poco más, podría decirse.